NAVIDAD EN FANTASÍA

 

(En el mundo de Fantasía)

En el mundo de Fantasía, allí donde viven felices las hadas... allí, donde todo es posible... Había un precioso Lago de Cristal, y... Aquí empieza la historia...

El hielo del Lago de Cristal, se resquebrajó en su centro, y de repente... miles de fragmentos saltaron por todas partes, centelleando bajo los rayos del Sol, formando una red de centelleos entre los cristales de hielo.

En mitad de aquella lluvia de color, el Hada del Agua, emergió del agua helada rodeada de un destello Aguamarina.

Los animales del lago, agradecidos por haberles liberado de su prisión de hielo... le felicitaron las fiestas de Navidad.

-¡Uy!-  ¡¡La Navidad!! - exclamó el Hada llevándose las manos a la cabeza.

- ¡He estado tan ocupada haciendo nieve con el Hada del Frío, que se me había olvidado! -

Y... salió volando hacia el cielo, dejando un reguero de gotas de rocío que formaron un Arco Iris tras ella.

Cuando llegó al Árbol de los Deseos (hogar de todas las Hadas) éste le felicitó la Navidad y abrió sus grandes ramas para que ella pudiese entrar.

Dentro, todo era algarabía. ¡Qué felicidad!

El Hada Flora, con un toque de su varita mágica, convirtió una ramita seca que había en el suelo, en un precioso abeto de casi dos metros.

¡Era un abeto precioso! y... en un momento... empezó a cubrirse de adornos.

El Hada de la Luz, sacudió un poco la Estrella Polar y con el polvo de estrella que cayó... espolvoreó el abeto, de forma que empezó a resplandecer.

Entre tanto, Hada Flora, iba colgando frutas escarchadas de las puntas de las ramas, mientras que el Hada del Fuego, colgaba guirnaldas de velitas encendidas que se reflejaban en el polvo de estrella.

El Hada del Agua, sacudió sus alas y... el abeto se llenó de gotas de rocío.

Pero... con el calor de las velas, se empezaron a evaporar. Por suerte, estaba allí el Hada del Frío, que con un soplido... congeló las gotas de rocío, de forma que parecía que el árbol, estaba adornado con perlas.

Cuando terminaron, salieron al exterior y se dispusieron a adornar al gran Árbol de los Deseos.

No pusieron tantos adornos, ya que el Árbol de los Deseos era un venerable anciano, y debía guardar la compostura, pero sí los suficientes como para darle un aspecto de alegría.

Después, cada una, salió corriendo a felicitar las fiestas de Navidad a todo el mundo.

El Hada del Fuego, fue casa por casa y chimenea por chimenea felicitando a los habitantes que en ellas viven; las Llamas, estos pequeños y juguetones seres saltarines, recibieron con mucha alegría las felicitaciones, y daban saltos... y bailaban entre ellas... y hacían cabriolas en sus chimeneas.

El Hada del Frío, se fue a los Parajes Siempre Helados a felicitar a los Hombres de Nieve... graciosos seres, formados por enormes bolas de nieve y que tienen una zanahoria por nariz.

Cuando llegó, estaban enzarzados en una divertida guerra de bolas de nieve.

Es muy curioso y divertido verlos jugar.

Para evitar que les alcance una bola de nieve y queden eliminados, se dividen en tres bolas de nieve de diferente tamaño y empiezan a rodar por el suelo. El problema, es que a veces, cada bola se va por su lado y les cuesta un poco encontrarse.

Hada Flora, fue a ver a todos los árboles del bosque para felicitarles las fiestas, y cuando terminó, se fue al Prado del Color y visitó a cada una de las flores que en ese momento, por ser invierno, se encontraban en sus casas bajo tierra, a la espera de que llegase Primavera y les dijese que ya podían salir.

 

El Hada de los Sueños, entró en los sueños de todos los niños del mundo, y les contó los más deliciosos sueños que podáis imaginar.

Todo el mundo era feliz, porque... llegaba la Navidad.

¿Todo el mundo?

¡ No ! 

Había alguien a quien todo eso le aburría enormemente.

Alguien de corazón frío: Era... Invierno.

De las cuatro Estaciones, Invierno era sin duda la que peor llevaba su trabajo. Para él, siempre era lo mismo, todo era gris, aburrido y monótono. Envidiaba tanto a sus otros compañeros...

Deseaba la algarabía de Verano, cuya aparición significaba el comienzo de la diversión.

Se moría de envidia cuando veía a Primavera dar vida a los seres vivos, cuando él, pensaba que sólo podía dormir a los animales y plantas e incluso... matarlas.

Otoño, era demasiado melancólico, e Invierno... no podía soportar que Otoño fuese la estación más romántica.

Ese día, Invierno estaba especialmente triste y harto de todo. Tanto, que decidió irse y le dijo a sus compañeros:

- Haced lo que queráis con mi Estación, yo ya estoy aburrido! No puedo más! -

Y dicho esto, se fue a pasear por la Constelación del Cisne.

Las otras Estaciones comenzaron a discutir acaloradamente.

No se ponían de acuerdo en quién debería ser, el que suplantase a Invierno.

Finalmente, después de mucho discutir, decidieron que lo mejor sería que se turnasen, que cada día se encargase uno.

Lo echaron a suertes y le tocó empezar a Verano.

Al día siguiente, salió un Sol espléndido y abrasador. Hacía tanto, tanto calor, que todo el mundo tuvo que apagar los fuegos y quitarse los abrigos y las bufandas. Aquello supuso un desastre para las Llamas quienes se vieron sin hogar, en unas fechas que siempre habían sido tan buenas y deseadas. Y para colmo, como todo estaba mojado, no podían marcharse a ningún otro lugar.

Pero lo peor, fue cuando el calor empezó a fundir la nieve.

Los Hombres de Nieve no sabían qué hacer, porque si aquello seguía así, acabarían todos derretidos.

Aquella situación les había cogido por sorpresa y no les daba tiempo de llegar hasta las Montañas Eternas, donde solían pasar la temporada cálida, ya que allí siempre hacía frío, mucho frío! 

     

El Hada del Frío, tuvo que hacer grandes esfuerzos para mantener a los Hombres de Nieve con vida.

Cuando todo el mundo estaba desorientado con aquel cambio... le tocó el turno a Primavera.

Primavera recorrió los bosques y las praderas, despertando a las flores y las hojas. Pero las pobres flores al salir y encontrarse rodeadas de nieve... se empezaron a helar de frío. Hada Flora no sabía qué hacer para remediarlo.

Pero el colmo, fue cuando Otoño llegó, e hizo caer las hojas de los árboles.

La caída de la hoja, es un duro golpe que los árboles encajan todos los años, y no se habían acabado de reponer de el de ese año, cuando se les volvieron a caer las hojas.

     

Todo el bosque estaba triste.

Esa noche, las Hadas se reunieron en consejo de emergencia.

Había que hacer algo, o de lo contrario, ese año las Navidades serían un desastre.

Decidieron que fuese el Hada del Agua la que fuera a hablar con las Estaciones para averiguar lo que estaba pasando.

EL Hada del Agua, voló y voló hasta la Torre del Tiempo, donde las Estaciones tenían su morada.

Se sorprendió enormemente al ver a Verano sentado en el trono, ya que ahí sólo se sentaba la Estación que regía en aquel momento. Hada del Agua se acercó a Verano y respetuosamente le preguntó por qué las Estaciones habían alterado su orden. Verano le contó lo que le sucedía a Invierno.

El Hada del Agua, comprendió al pobre Invierno y fue en su búsqueda.

Cuando llegó, se lo encontró leyendo un libro a la luz de una estrella. Estaba recostado en la Luna, que en ese momento tenía forma de cuna.

 

- Hola Invierno. - saludó el Hada.

- Hola. - dijo Invierno fríamente.

El Hada, le contó todo lo que estaba sucediendo a causa de su ausencia. Pero... al Invierno, todo aquello no le importaba, necesitaba algo más que le alegrase la vida.

El Hada del Agua, pensó, pensó, y pensó, hasta que por fin... se le ocurrió:

  -¡ La Navidad !- exclamó. -¡La Navidad!- -¡¡Tú tienes la Navidad!! - 

- Sí y qué? - contestó Invierno indiferente.

- ¡Ay! querido Invierno, si contestas así, es porque nunca has sentido la Navidad.

Por favor, escúchame con atención...

La Navidad, es un tiempo de perdón y de fraternidad... De olvidar las diferencias con los demás... Es con mucho, la época más alegre del año y... tú dices que tu Estación es aburrida? prueba a vivir la Navidad y verás.-

Invierno quedó cabizbajo y pensativo y después de reflexionar un buen rato... hizo caso del Hada del Agua.

Volvió a la Torre del Tiempo y vivió en fraternidad con las otras Estaciones, olvidando todas las envidias que había arrastrado toda su vida.

Y ese año, le gustó tanto la Navidad, que a partir de entonces... Invierno siempre espera con entusiasmo su turno, para poder adornarlo todo con la nieve y... disponerlo para la Navidad.

Fin.

 

Espero que te haya gustado. En el mundo de la fantasía... Todo, todo es posible.

Vive como un niño. No dejes nunca de soñar.

Con mis mejores deseos. ¡¡ FELIZ NAVIDAD !!

Mª Carmen

 

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