PENÉLOPE

 

Penélope, con su bolso de piel marrón 

y sus zapatitos de tacón y su vestido de domingo... 

Penélope, se sienta en un banco en el andén 

y espera a que llegue el primer tren meneando el abanico. 

 

Dicen en el pueblo. que un caminante paró su reloj 

una tarde de primavera. 

 

"Adiós, amor mío, no me llores, 

volveré antes que, de los sauces caigan las hojas. 

Piensa en mí... volveré  por ti." 

 

Pobre infeliz, se paró su reloj infantil 

una tarde plomiza de Abril, cuando se fue su amante. 

Se marchitó, en tu huerto hasta la última flor, 

no hay un sauce en la calle Mayor, para Penélope.

 

Penélope, tristes a fuerza de esperar, sus ojos parecen brillar 

si un tren silba a lo lejos... 

Penélope, uno tras otro los ve pasar... mira sus caras... 

les oye hablar... para ella... son muñecos...

 

Dicen en el pueblo que el caminante volvió

y la encontró en su banco de pino verde. 

La llamó: "Penélope, mi amante fiel, mi paz. 

Deja ya, de tejer sueños en tu mente. 

¡Mírame, soy tu amor, regresé!" 

 

Le sonrió... con los ojos llenitos de ayer, 

"No era así su cara ni su piel, 

¡Tú no eres quien yo espero!" 

 

Y se quedó... con su bolso de piel marrón

y sus zapatitos de tacón... sentada en la estación... 

(Joan Manel Serrat)


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