No ha podido olvidar, mi corazón,
aquellos ojos tristes, soñadores que yo amé,
la dejé por conquistar, una ilusión,
y perdí su rastro,
y ahora se que es ella, todo lo que yo buscaba,
y ahora estoy aquí,
buscándola de nuevo ya no está, se fue,
tal vez si usted la ha visto dígale, que yo siempre la adoré, y que nunca la olvidé,
que mi vida es un desierto y muero yo de sed,
y dígale también,
que solo junto a ella puedo respirar,
no hay brillo en las estrellas ya ni el sol, me calienta, y estoy, muy solo aquí, no se adonde fue, por
favor dígale usted.
Fueron tantos los momentos, que la amé,
que siento sus caricias, y su olor esta en mi piel
cada noche la abrazaba, junto a mi,
la cubría de besos, y entre mil caricias,
la llevaba a la locura,
y ahora estoy aquí,
buscándola de nuevo ya no está, se fue,
tal vez si usted la ha visto dígale,
que yo siempre la adoré, y que nunca la olvidé,
que mi vida es un desierto y muero yo de sed,
y dígale también,
que sólo junto a ella puedo respirar,
no hay brillo en las estrellas ya ni el sol, me calienta, y estoy, muy solo aquí, no se adonde fue, por
favor, dígale usted.
(David Bisbal)
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