EL GATO Y EL ZORRO

Cierto día, un gato que iba caminando feliz y campechano, se cruzó con un zorro.

-Buenos días señor Zorro- saludó el gato muy correcto. ¿Cómo está usted?

Pero el Zorro se le quedó mirando de arriba abajo, como preguntándose si debía dignarse a responder a semejante criatura.

-¿Cómo osas dirigirme la palabra?- dijo por fin. ¡A mi, al gran Zorro, al animal más astuto del bosque! ¡Todo el mundo me admira por mi inteligencia, y tú, un simple gato, te atreves a hablarme! ¿Qué sabes hacer tú para poder compararte a mi?-

-Pues verás- maulló el gato muy avergonzado, yo sé trepar a los árboles.

-¿Y eso de que te sirve?- preguntó el Zorro.

Pero en ese mismo instante se oyó a lo lejos el ruido atronador de una jauría de perros.

El gato trepó a un árbol con toda rapidez, mientras que el zorro no tuvo más remedio que echar a correr con todas sus fuerzas.

No obstante, mientras huía, aún escuchó la voz del gato que le gritaba desde el árbol:

-¡Qué, señor astuto! ¿Se ha enterado usted ya para lo que me sirve sabe trepar?-