DESDE MI NOCHE...

HOY TE ESCRIBO...

Desde la quietud de la noche

cuando las estrellas iluminando el firmamento

se hacen mis confidentes de todos mis pensamientos,

de todos mis temores, angustias, ilusiones  y... sueños.

Mirando a la noche estrellada,

logro siempre, descubrir a aquel Lucero

que, constantemente emana hacia mí, su luz.,

queriéndome iluminar el sendero,

y hacer con ella, más liviana mi cruz.

El Lucero que aún en la mañana,

se deja ver con  su brillar...

Iluminándome el interior del alma

y... besándome dulcemente al despertar.

!Ay¡ Si yo pudiera...

hablar con ese Lucero

que tiene robada mi alma

y apresada en su cárcel de luz.

¡Ay! Si alguien me creyera,

al decirle que... eres tú.

Si por un momento, me cortara

 las cadenas de su esclavitud,

que encadenan con su Amor mi alma

aún colmándome de plenitud.

Si por un momento yo pudiera

expresarle toda mi gratitud,

pedirle que, dejara libre mi alma

y así, pudiera volar... mi corazón.

Pero... es tan sólo un Lucero

entre miles y miles de estrellas,

que, acompañado por todas ellas,

tan sólo mis pasos quiere guiar...

Porque sé que desde su Cielo...

siempre, siempre me intenta cuidar.

A ese Lucero, que brilla radiante

en la inmensidad del firmamento,

que conoce cada uno de mis lamentos,

y vela y sueña, con mis mismos sueños.

Desde mi noche estrellada...

esta humilde carta, quisiera  hacerle llegar...

para poder rogarle con ella 

que nunca, nunca me deje de guiar...

Y regale a mi corazón un día...

la luz.... de la  libertad,

para que con sus blancas alas...

libremente, pueda echar a volar.

Pero...

Tan sólo es un simple, y hermoso Lucero...

Al que hoy, desde mi  noche...

estas cinco palabras escritas...

quiero hacerle llegar hasta su Cielo,

para así, tan sólo, poder decirle...

Lo mucho que le quiero.

Tú que enciendes una a una las estrellas del firmamento para... iluminarme con ellas la noche... Tú que me envuelves e iluminas con tu alo de Luz.. Tú que se cómo me quieres... Lo mismo que te quiero yo. No abandones nunca mi alma.  No dejes nunca de iluminar con tu Luz mi corazón.

Mª Carmen

(9 Marzo 2004) ©