EL LOBO Y EL PERRO

Un lobo medio muerto de hambre, se admiró del buen aspecto de un perro grande, fuerte y robusto.

-Si me sigues, estarás tan fuerte como yo- le dijo el perro.

Sólo tienes que adular a los de la casa y complacer al amo.

Él te dará sabrosos restos de comida.

Marcharon juntos y, en el camino, el lobo vio el cuello con heridas de su compañero.

-Es la marca de la  argolla con la que me atan- le explicó el perro.

-¿Atado?- exclamó el lobo

 -¿No puedes correr por donde quieras?

Pues a ese precio no quiero ni el más rico de los tesoros-.

"No vendas tu libertad a ningún precio"

(La Fontaine)