EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN

El país entró en guerra. Fue una contienda larga y cruel. defendiendo su país combatieron en ella, forzados por las circunstancias dos jóvenes.

Al final de la guerra, durante dos años fueron prisioneros en un campo de concentración. Cuando fueron liberados, cada uno reemprendió su vida en un lugar diferente de su país. Pasaron diez años y un buen día  se encontraron.

-¿Que tal estás, amigo mío?- preguntó uno de los amigos al otro.

-Estoy bien pero no he podido olvidar todo lo que pasamos ¿Y tu?

-Nunca se olvida una cosa así, pero... ya lo he superado.

-Yo no, no he podido. Sigo lleno de odio hacia nuestros carceleros. No hay día en que no les odie con toda la fuerza de mi ser, por todo lo que nos hicieron pasar.

-¡Ay amigo mío! lo malo no es sólo los dos años que estuviste en el campo de concentración, sino... los otros diez que has seguido preso.

No demos cobijo en nuestro corazón a los sentimientos negativos.

Desechémoslos de nuestro interior, si no lo hacemos... seremos prisioneros de ellos. Nos podemos herir nosotros mismos con nuestros propios sentimientos. Deseo que tu no lo hagas.

Sé libre. Sé feliz. Mª Carmen