QUIÉREME 

Quiéreme…

 En el terreno más pobre y baldío.

Y... en el más fértil de los caminos.

Quiéreme…

En los días más calurosos del estío.

 Y en los más tristes inviernos fríos.

Quiéreme…

En el silencio de las noches sin Luna.

Y en las soleadas mañanas, limpias y puras.

Quiéreme…

En los días tristes, con lágrimas de lluvia.

 Y bajo los rayos del Sol, y... hasta  en la penumbra.

Quiéreme…

En las solitarias mañanas sin nube alguna.

Y en la más desolada y desértica laguna.

Quiéreme…

En aquellos mis días, tristes, sin sentido.

Y en aquellos mis días, alegres, divertidos.

Quiéreme...

En la inmensidad del mar y en el más modesto río.

Quiéreme... cuando lloro, cuando callo, cuando río.

Quiéreme…

En el más pobre y desértico sendero.

Y en el vergel, más hermoso y placentero.

Quiéreme…

En la noche y... en el día. En invierno y... en verano.

En mis penas  y alegrías, estando lejos o... cogida de tu mano.

Quiéreme…

Con mis pocas virtudes, con mis muchos defectos.

Con mis fracasos e ilusiones, con mis  anhelos y sueños.

Quiéreme…

 De cualquier manera, con el querer más limpio y  puro

que sé, que en las entrañas de tu alma, por mí sentirás.

Quiéreme...

En mi amanecer y... en mi Ocaso.

En mi dormir y... en mi despertar.

Quiéreme…

Para poder seguir conjugando…

Por siempre, y... para siempre...

El verbo... AMAR.

 Mª Carmen

(1 Mayo 2004) ©