TUS LABIOS DECÍAN...

Tus labios decían te quiero...

engañando al alma y al corazón,

rompiéndose como frágiles cristales

las divinas notas, tiernas y dulces, 

de aquella hermosísima canción.

Tus labios decían te amo...

mientras tu corazón enmudecía,

y tu alma serena y fría

en tu  pecho tristemente...

lloraba... callaba... y se escondía.

Tus ojos me hablaban a gritos...

con fuerza me clamaban,

confesándome el delito

que en tu interior ocultabas.

Tus ojos no mentían...

mientras sí mentía tu alma,

tus propios ojos, sin tu saberlo,

tu falso amor me delataban.

Tu silencio me gritaba...

mientras callaban tus palabras, 

el sonido del silencio me decía

que tristemente... me engañabas.

Cuando digas te quiero...

dilo siempre de verdad,

que rebose entera tu alma

de completa sinceridad.

Que el alma muere a veces

llorando de pena y soledad,

cuando comprueba  tristemente

que aquellas tiernas palabras

que cierto día pronunciabas

nunca, nunca... fueron verdad.

¡¡CUANDO DIGAS TE QUIERO, DILO DE VERDAD!!

Mª Carmen

(Agosto 2002)