LA CORNEJA

        Una corneja cogió con su pico un buen trozo de carne y, tras ello, remontó ágilmente el vuelo.

 De pronto advirtió que un gran número de cornejas la seguían implacables, seguro que con la intención de arrebatársela.

Tal vez estuvieran dispuestas a matarla.

¿Qué hacer en tal situación?

           El animal procedió con urgencia y sabiduría:

Soltó en el acto el trozo de carne y siguió volando.

Desde la distancia pudo ver como sus compañeras se abalanzaban hacia el alimento, se mordían violentamente entre sí y muchas quedaban heridas mientras otras se precipitaban muertas al abismo.

 Gracias a haber soltado el alimento, sólo ella logró salir indemne y fundirse, llena de gozo, con el horizonte.


Cuales son los apegos que no nos dejan vivir con libertad? Deberíamos de soltar todas las ataduras, para no estrellarnos como la corneja, viviríamos mucho más felices... Cuantos más apegos, menor es la libertad...