LA FUERZA DE LA LUZ

Un rey le preguntó a su mago el por qué repetía siempre lo mismo:

"Que la fuerza de la luz es superior a la de la oscuridad".

-Es difícil de entender- le contestó, sobre todo cuando vemos que en este pobre mundo el mal parece vencer al bien en tantas ocasiones.

-Pero siempre decís que al final de la noche despunta el alba...- prosiguió el rey.

-Se trata de fuerzas muy elevadas y sutiles, difíciles de comprender y de controlar. Sin embargo, voy a poneros un ejemplo que os ayudará a entenderlo, aunque me habréis de ayudar.

-Haré lo que esté en mis manos- dijo el rey, un tanto sorprendido.

El mago le dijo:

-Conducidme, junto con un par de testigos, a la habitación más oscura del palacio-.

Y el rey y dos de sus ministros, acompañaron al mago a una habitación sin luz, que se hallaba en los sótanos del palacio. Era una estancia lúgubre e inhóspita que no invitaba precisamente a entrar.

Una vez allí, el mago les dijo:

-Estamos a oscuras, pero ahora veréis cómo la luz vence a la oscuridad.-

Y encendió una vela.

La habitación se fue iluminando poco a poco. Al cabo de un minuto, lo que parecía una mazmorra resultó ser una agradable estancia.

-Creo entender...- dijo el rey.

-No os apresuréis majestad, ahora veréis cómo la oscuridad no tiene nada que hacer contra la luz.

Abandonaron la habitación y subieron hasta la puerta principal del castillo.

El mago los condujo hasta el jardín. Era el mediodía y el sol brillaba con toda su fuerza en lo alto.

Entonces, el mago sacó la misma vela con la que había iluminado la habitación oscura y que ahora estaba apagada  y, la levantó señalando hacia el sol.

-Recuerdan cómo esta misma vela iluminó toda la habitación?- les dijo.

Los ministros se miraron con cara de no entender nada, pero el rey sonrió al mago.

¡Había comprendido!

Había comprendido que, la fuerza de la luz, es superior a la de la oscuridad.