POLOS Y CAÑAS

En tu cariño pensando,

en vela pasaba el día...

y, por la noche, soñando,

soñaba que no dormía.

Tu querer me va matando.

¿Sabes lo que estás haciendo?

Me pones cerca la cara

y me rozas con el pelo.

Esta flamenquilla mala

no sabe lo que está haciendo.

Dame, pa mi guardapelo,

de tu cabello un ricito.

No te pido tu retrato,

que ese lo llevo conmigo,

en mi corazón grabado.

Cuando me siento a tu vera,

el reloj se me parara,

y el tiempo que no corriera,

les digo, sentrañas mías,

cuando me siento a tu vera.

No hay penilla ni alegría

que se quede sin cantar.

Y por eso hay más cantares

que gotas de agua en el mar

y arena en los arenales.

Con lo rojo de tus labios

y lo negro de tus ojos,

paso yo más desazones

que el bendito San Antonio,

aquel de las tentaciones.

Mi corazón me pediste.

No te lo pude negar.

Me lo quieres devolver.

Yo no lo quiero tomar.

¿Qué vamos a hacer con él?

(Manuel Machado)