EL TIGRE OVEJA

            Cuando se disponía a atacar un rebaño, una tigresa alumbró un cachorro y murió.

Así, el cachorro creció entre las ovejas y él mismo por una oveja se tenía.

También las otras ovejas lo consideraban de su misma especie, aunque lo notaban bastante extraño.

 El tigre-oveja era sumamente pacífico, y en lugar  de rugir con furia, balaba con mansedumbre.

 Pasaron los años...

Cierto día, un tigre  se disponía a atacar un rebaño, cuando se quedó atónito, sin poder dar crédito a sus ojos, cuando vio a otro tigre balando como una oveja más.

-Por qué si eres un tigre actúas como una oveja?- Le dijo encarándolo decididamente.

Pero el tigre-oveja se limitó a balar, asustado.

Entonces el tigre lo llevó hasta un lago y le mostró su rostro en las aguas, mas no por eso dejó el otro de considerarse una oveja.

Entonces el tigre le dio un pedazo de carne y le dijo:

-Pruébala.

-No, no- repuso el tigre-oveja-. -Sólo me gusta la hierba-.

¡Te he dicho que la pruebes!- rugió el tigre.

Atemorizado, el tigre-oveja la probó y al   momento despertaron sus aletargados instintos de felino y sólo entonces advirtió que no era una oveja.