En la vida

COLABORACIÓN

Una mañana el Sol se despertó de malhumor.

-Estoy harto de levantarme cada mañana y repartir rayos de luz a la Tierra. Siempre igual, día tras día. Estoy cansado de madurar el trigo y derretir la nieve. ¿Y todo para que? ¿Qué me han dado los humanos a cambio?-

Mientras le daba vueltas y vueltas al tema en la cabeza, rompió a llover.

-Señora Lluvia- le dijo el Sol, -usted riega la tierra a diario y hace que crezcan y florezcan las flores. Gracias a usted, los campos verdean y los ríos fluyen con abundante caudal. Pero... dígame, ¿Qué le han dado los humanos a cambio?-

Al oír esto, la Lluvia frunció el ceño, lanzó un violento suspiro y... bajó en picado hasta la Tierra.

Al caer pronunció las siguientes palabras:

-Madre Tierra, usted deja que los humanos la remuevan, le abran las entrañas, la rasquen y la vacíen. Y... dígame, ¿Qué recibe a cambio?-

La Tierra también frunció el ceño y a continuación se dirigió a un grano de trigo:

-Oye granito de trigo, escúchame. Tu te dejas machacar para que los humanos puedan comer pan. Pero... que recibes a cambio?-

Y entonces... el Sol dejó de brillar.

La Lluvia... dejó de regar la tierra.

La Tierra... dejó de alimentar al granito de trigo.

El grano de trigo... dejó de germinar.

Y la vida... desapareció de la faz de la tierra.

Sin embargo, llegó un día en el que el Sol empezó a aburrirse, porque ya no había niños que bailaran a su luz y con su calor.

La Lluvia se entristeció al ver que ya no había jardineros que sonrieran al verla llegar.

La Tierra se deprimió al no sentir los pasos alegres de los labradores sobre su lomo.

Y el grano de trigo empezó a pudrirse en su soledad.

Un día, decidieron reunirse todos con Dios, el Creador.

Esto fue lo que le dijeron:

-Señor, todo se mueve en el universo que creaste para sembrar el bien y dar frutos. Te rogamos que devuelvas la vida a la Tierra-.

Y Dios respondió:

-Amigos míos, os he dado todo lo que necesitáis para sembrar la vida en la Tierra.

La vida sólo puede nacer de vosotros, de vuestra interacción y colaboración. Devolvéis la vida a la Tierra si compartís lo que tenéis con el resto de la Creación. Pues como bien sabéis, la vida sólo nace de la colaboración.

En consecuencia, allá donde no haya colaboración, no puede haber vida-.

Desde éste mi rincón virtual, quiero compartir contigo mi amistad.

Feliz día. Mª Carmen