EL CIERVO ALMIZCLERO

 

 

         Esta es la historia de un ciervo, pero no de un ciervo común y corriente, sino de un ciervo almizclero. Estos animales desprenden un olor penetrante que es elaborado por ciertos órganos propios y que se esparce muchos metros a su alrededor.

        Cuando el ciervo comenzó a alimentarse por sí solo, percibió el intenso aroma del almizcle. Se preguntó, perplejo, de dónde provenía aquel perfuma dulce y envolvente. Comenzó a buscar su fuente por todas partes; era imposible substraerse a él, pero también lo era conocer su procedencia. El animal sentía cada vez más curiosidad. Sin tregua, seguía buscando el origen de ese aroma tan intenso.

        Buscaba sin cesar, día y noche, víctima de una obsesión que no hacía más que aumentar.

        Transcurrieron así los años. el ciervo vivió momentos de gran desfallecimiento, de indecible angustia, de profundo desconsuelo. su búsqueda no obtenía resultados.

        Envejeció y murió. "Nunca supo que aquel perfume embriagador provenía de sí mismo".