Cierto día un hombre comenzó a charlar con sus amigos. Uno de ellos, de repente le preguntó por su mujer.
-Ah, mi mujer se ha quedado en casa.
- A qué se dedica?- le preguntó otro.
El hombre se encogió de hombros y dijo:
-Insignificancias, cosas sin importancia, pequeñas cosas sin trascendencia alguna.
Se encarga de llevar a cabo las tareas del hogar, cuida de nuestros hijos y los ayuda a estudiar, va al mercado, hace reparaciones cuando son imprescindibles, como pintar la casa o arreglar las tuberías. Saca agua del pozo y riega la huerta- atiende a su madre enferma y se hace cargo de la mía; a veces va a visitar a su hermana y la ayuda con los niños. Cosas así, pequeñas cosas sin trascendencia.
- Y tú que haces?- le preguntó otro de los reunidos.
-ˇAh, amigos, yo soy el verdaderamente importante, claro!
ˇYo soy el que piensa! yo soy el que investiga si Dios existe!